NUESTRO SISTEMA DE TRABAJO

El instituto de Zoonosis Luis Pasteur, dependiente de la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, tiene entre sus funciones el control y la prevención de enfermedades que se dan en los animales y son transmisibles al ser humano (por ej. rabia, dengue, gripe aviar, etc.). Los perros que se encuentran en este instituto han ingresado para observación antirrábica debido a alguna denuncia realizada por un ciudadano. No pueden salir del instituto si no son retirados por sus dueños o tenedor responsable. Como muchos de ellos no son reclamados, permanecen encerrados. Es aquí donde empieza nuestra tarea como voluntarios.

En el Instituto de Zoonosis Luis Pasteur hay actualmente más de 30 perros encerrados.

Dado que al instituto ingresan animales con denuncias de mordedura, nuestro trabajo consiste en evaluar el comportamiento de cada animal una vez que ha finalizado el período de observación antirrábica.

La finalidad es poder determinar el motivo por el cual el animal tuvo la conducta agresiva. En la mayoría de los casos, fue en respuesta a malos tratos recibidos.

Muchos de estos animales son abandonados irresponsablemente por sus propietarios, y permanecen internados durante tiempo indefinido hasta que alguien quiera adoptarlos.

Por eso, trabajamos para reeducarlos y darles mayores posibilidades de encontrar un hogar.
Al ingresar, muchos de estos animales evidencian signos de maltrato: desnutrición, parásitos (pulgas y garrapatas), enfermedades en la piel, traumatismos, heridas, trastornos psicológicos (miedo, depresión, hostilidad). También presentan indicios de descuido: collares muy deteriorados, cadenas oxidadas, ataduras de alambre al cuello, correas masticadas.

En todos los casos se realiza un esfuerzo extremo para recuperar al animal, generalmente esto implica mucho tiempo debido a las condiciones en las que viven los perros, si bien comen alimento balanceado y tienen dos tarros de agua disponibles las 24 hs. el encierro les provoca mucho estrés, abatimiento y depresión, por eso, muchos se muestran hostiles o apáticos frente a los cuidadores y voluntarios.

Luego de un período de trabajo con los voluntarios, estos animales salen del estado de shock en el que ingresaron y comienzan a desarrollar un carácter sociable.